jueves, 13 de octubre de 2011

Pequeñas licencias narrativas

El amor son pantalones abultados,
un juego de labios transitivo,
una respiración bajo mi falda,
otra respiración bajo su ombligo.

Es una noche de párpados contiguos,
de caderas temblando encadenadas,
de tocar con los dedos el abismo
que comienza en el filo de la cama.

Es un baile de cuerpos endeudados,
una fiebre curada con salivas,
una forma de sexo aderezada
con pequeñas licencias narrativas.

miércoles, 31 de agosto de 2011

MIEDO

El miedo de volver a tener algo,
como un encapuchado,
me amenaza.

Llega con un cuchillo entre los dientes,
mascullando palabras,
tembloroso.

"Hemos perdido tanto"
se lamenta;
y yo miro mis manos,
vacías y mendicantes
como lenguas sedientas,
como lanzas sin piel
donde clavarse.

"Hemos perdido siempre"
me repite;
y me muerdo los labios descarnados,
enarbolados,
punzantes de miseria.

"Lo hemos perdido todo"
me reitera;
y me palpo los ojos
desvestidos, cadentes,
empujados al fondo de sus órbitas.

"Hemos perdido"
susurramos los dos
mientras cubro mi cabeza
y cojo el arma.

lunes, 14 de febrero de 2011

La tristeza


La tristeza asedia la vida de uno sin pensar si es justa, si es siquiera necesaria esa conquista emocional. Y uno transige rápido, se deja, porque sentirse dominado por un humor tranquilo como es la tristeza es mucho más cómodo que la ferocidad de la ira o el estremecedor gemido del dolor.
La tristeza se vale de eso para convencernos y, pensando que su permanencia será breve, le ofrecemos casa y coche de empresa para que vague a sus anchas por nuestras venas, arterias y pequeños capilares sanguíneos.
Sin embargo, la tristeza se acomoda, se siente felizmente desdichada en los cuerpos. Se desparrama oronda, se derrama por cada poro abierto de la piel, se desliza brazos abajo haciéndonos sentir terriblemente pesados y se instala finalmente en la nuca, agarrando fuertemente ese lugar vetado a nuestros ojos.
Para entonces la batalla está perdida, Kamchatka ya no existe en el mapa. Nunca podremos volver a estar seguros de que, sigilosamente, la tristeza no sigue apretándonos el cuello, a punto de desencadenar un nuevo llanto, una nueva nube negra o un nuevo mal poema triste.

viernes, 28 de enero de 2011

Juegan las palabras, pasa el tiempo

Caben muchos Luegos
en mis manos.
Las tengo llenas de esperas
y minutos
perdidos.

Suelen deslizarse
por los dedos
y, desde las puntas,
gritan: ha pasado el tiempo.

Caben tantos Luegos
que Ahora
no es más que una especulación
futura,
Ahora es el cobarde retraso
de las horas
que ansío ahora
… y luego.

Misterio del valor de las palabras (Pancho Varona)

Esta canción de Pancho Varona da título a mi blog y, por tanto, las primeras líneas son para ella.

Misterio del valor de las palabras,
palabras infinitas como estrellas,
palabrotas bellas,
que pegan hostias
palabrejas rotas.
Palabras siempre nuevas pero eternas,
palabras laberinto, crucigrama.
Palabras en pijama
montones de palabras en pelotas.
Escríbeme,
escríbeme una carta que me parta el corazón.
O llámame,
o llámame entre sueños, que los sueños sueños son.
(...)

"Palabras en pijama" se inicia dejando atrás otro lugar que invito también a visitar, aunque intentaré trasladar los posts poco a poco:
http://www.librodearena.com/blog/la-escapista/6444